lunes, 13 de enero de 2020

EXHIBICION


Vivía solo, pero era consciente que miles de ojos escudriñaban su cuarto a la espera  de lo que se le ocurriera hacer algo para impresionarlos. Y aunque se esforzaba todo lo que podía no siempre conseguía hacerlo.
Aquel día  hizo de todo para complacerlos: cantó, bailó, actuó, contó chistes, improvisó monólogos y hasta se animó a gesticular, pero sus contactos no quedaron satisfechos; y las sucesivas desconexiones de los monitores que enlazaban su cuarto con los habitáculos de aquella gente hicieron patente la desaprobación.
Desesperado, se acercó a las pantallas, y las palpó como demandando otra oportunidad, éstas parecieron comprender y volvieron a encenderse como si lo retaran a hacer lo que jamás se le había ocurrido antes.
Entonces, se dirigió al centro de su habitación, se despojó rápidamente de su ropa y se acostó sobre su lecho como si fuera a hacer una siesta, pero en vez de eso extendió los brazos y palpó el aire como si acariciase un cuerpo invisible para todos, pero no para él.
Poco a poco, la figura de una mujer desnuda se fue haciendo visible tanto para todos, y también para él: era una fémina de cuerpo voluptuoso y formas rotundas, en suma la idea de mujer perfecta que sus prójimos tenían en mente.
Y empezó a acoplarse apasionadamente con la hembra que había invocado ante la ruidosa complacencia de aquellos que estaban siguiendo la escena a distancia.
FIN

2 comentarios:

Bristol en la Batalla de Chulmleigh.

    1-Anhelo de muerte.   George Rogers quería matar soldados ingleses.   Era un deseo primitivo y bestial, era como si hubiera nacido odi...