miércoles, 15 de enero de 2020

OLEADA DE CALOR Y DE MUERTE







Sir George Summerscale se ha convertido en una valiosísima fuente de información para los lectores de nuestro periódico sobre el vasto conflicto militar que se ha desatado en el este de Europa entre las tropas alemanas y las rusas, las cuales respaldan las ambiciones de sus respectivos imperios para apropiarse de toda Polonia, si la suerte de las armas favorece a alguno.

Desde estas páginas  advertimos al gobierno de Su Majestad que la escalada bélica en Polonia debe ser detenida a tiempo para evitar que el territorio inglés se vea afectado, una posibilidad que se desprende del testimonio del baronet, quien ha conseguido regresar al Reino Unido después de sortear los controles impuestos por los buques de la Marina Imperial alemana. sobre el litoral polaco.

Ahora cedamos la palabra a Sir George, a quien agradecemos su patriotismo y gran devoción por la causa imperial británica, y  de paso su preferencia hacia nuestros fieles lectores : 


«Prusia Oriental es una comarca de frontera, una tierra invadida por los rusos y defendida por los germanos,  y yo estaba cayendo a tierra justamente en medio de una comarca cuyos límites eran invisibles para mí, y que aparecía como una tierra salvadora que me ofrecía la seguridad de seguir con vida una vez llegado ahí.»


«Toque tierra en una medio de un campo de batalla reciente, en el cual se entremezclan los restos de hombres y de caballos destrozados por acción de la metralla, y cuyos cadáveres se hallaban esparcidos sin orden ni concierto hasta donde alcanzaba el poder de mi vista.»


«A continuación recogí el paracaídas que se extendía como complicado amasijo de cuerdas a lo largo de una hilera de cuerpos yacentes  que se habían asesinado mutuamente en el fragor de la lucha cuerpo a cuerpo que ahí había acontecido.»

« Hecho esto, me desprendí de la mochila que contenía el paracaídas  y la utilice para cubrir la cara de un soldado muy joven que yacía tendido boca arriba, tocado con un llamativo pickelhaube que casi había abandonado la cabeza del occiso.»


 «Al hacerlo era consciente de que la aparición del paracaídas en aquel lugar delataría mi presencia, pero confiaba en que me encontraria lo suficientemente lejos de aquí como para neutralizar el impacto de tal dato entre mis potenciales perseguidores.»


 «En ese momento puse  mi mirada sobre aquella tierra atormentada , ahora recorrida por un ejército de ratas que iba en pos de los residuos  del rancho que alimentó a estos pobres hombres antes que una ametralladora rusa diera cuenta de ellos durante algún momento de la lucha.»


« El campo hedía, la presencia olfativa de la muerte era evidente porque lo llenaba todo, pero yo estaba atento a cualquier cambio que sucediese en aquel lugar ajado por la destrucción. Mis ojos barrían el antiguo campo de batalla de cabo a rabo mientras lo recorría, pistola en mano, atento a la posible resurrección de alguno de esos cadáveres a veces aglomerados, a veces dispersos. Mi sentido común me decía que aquello sería imposible, pero no debía confiarme, pues la amenaza podía surgir de cualquier parte.»


«Y en efecto algo sucedió, pero no precisamente en aquella tierra cubierta de muertos, sino en el cielo, por tal motivo alce mi mirada y contemplé la aparición de una gigantesca máquina voladora que se acercaba con cierta lentitud hacia un campo de batalla en el cual yo era el único ser viviente : se trataba de un enorme  triplano hecho a base de madera, tela y alambre, propulsada por varios motores adosados sobre el plano central, todo ese conjunto alar sustentaba un fuselaje delgadísimo rematado con un morro completamente acristalado. donde se alojaba la tripulación del aparato.»


«La pregunta que me hice en ese momento fue que pretendían los tripulantes de aquel avión al volar sobre aquel reciente campo de batalla, repleto de muertos, sin duda alguna me habían visto, mi presencia en medio de los cadáveres era demasiado evidente, para mi fortuna el avión era demasiado pesado para dedicarse a efectuar tareas de ametrallamiento, pero al instante recordé que aquel malhadado triplano podía hacer cosas mucho peores que escupir balas a mansalva.»


«Aquel triplano tenía la capacidad de arrojar bombas, y  ahora estaba ralentizando su marcha para proceder a desprenderse de aquellos mortales huevos azules  que tenían sujetos por pares a lo largo del plano inferior de la nave. Casi estaba sobre mí, y podía distinguir las cruces que identificaban a los aviones de la novísima fuerza aérea del Kaiser.»


« En ese momento mi pregunta era porque aquel avión iba a malgastar sus bombas arrojandolas sobre un montón de cadáveres  ¿ acaso no resultaba más barato cavar grandes fosas para enterrar a los soldados muertos fueran rusos o alemanes?»


 «Las bombas eran menudas y pronto se desprendieron del avión, y principiaron a  descender buscando llegar al suelo, donde estallarían despedazando todo lo entrase en contacto con su potente onda expansiva; por lo tanto tenía que echarme a correr para no ser víctima de su macabro efecto sobre mi persona.»


« Cuando las bombas estallaron me dí cuenta que no se trataban de armas convencionales, al instante  se produjo un extraordinario resplandor, seguido una potente ola de calor que se propagó rápidamente a través del aire, golpeándome las espaldas cual un malvado látigo ardiente que ansiaba lacerarme por completo.»


« Por fortuna, mis ojos habían conseguido localizar un refugio potencial donde podría  escapar de la destrucción que me perseguía, y me di cuenta que cerca de ahí existía un espejo de agua, y hacia allá corrí con mayor ímpetu sorteando los cuerpos de los soldados muertos, pues no quería morir abrasaba por esa masa de fuego en constante avance.»

« No sé como pero encontré dentro de mí dotes de atleta y cuando estuve más o menos de la orilla efectúe un salto digno de una pulga, para zambullirme dentro de aquella providencial lagunilla a la cual le debo la vida, y las ganas de regresar a Inglaterra para financiar la construcción de una nave capaz de borrar del cielo ese maldito avión portador de un arma proscrita y criminal, que podía destruirlo todo.»

4 comentarios:

  1. Me gustó el ritmo de la narración, la anécdota histórica, la perversión solapada de lo que ocurre en la guerra. Muy bueno.

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  2. Buena narración, siempre con los elementos sorpresa, vehículos del futuro. Frases bien logradas. Me gustó mucho, Rubén.

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  3. Se siente la acción y los sentimientos del protagonista. También me gustó la aparición del Triplano. Felicidades.

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  4. Interesante vision de una linea temporal alternative--hace agradecer que no sucedio a nosotros. Por otra parte, la nuestra no necesariamente tendria que ser la mas afortunada :) Ricardo L. Garcia

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